martes, 19 de mayo de 2009

MUJER CONTRA MUJER



Mujer Contra Mujer

Nada tienen de especial
dos mujeres que se dan la mano
el matiz viene después
cuando lo hacen por debajo del mantel.



Luego a solas sin nada que perder
tras las manos va el resto de la piel
un amor por ocultar
y aunque en cueros no hay donde esconderlo
lo disfrazan de amistad
cuando sale a pasear por la ciudad.



Una opina que aquello no está bien
la otra opina que qué se le va a hacer
y lo que opinen los demás está demás.

Quien detiene palomas al vuelo
volando a ras del suelo
mujer contra mujer.

No estoy yo por la labor
de tirarles la primera piedra
si equivoco la ocasión
y las hallo labio a labio en el salón

ni siquiera me atrevería a toser
si no gusto ya sé lo que hay que hacer
que con mis piedras hacen ellas su pared.



Quien detiene palomas al vuelo
volando a ras de suelo
mujer contra mujer.



Una opina que aquello no está bien
la otra opina que qué se le va a hacer
y lo que opinen los demás está demás.



Quien detiene palomas al vuelo
volando al ras del suelo
mujer contra mujer.

CALIDAD HUMANA




Calidad humana





En esta época todos hablan de calidad de productos, de calidad de procesos, calidad de servicios, calidad de sistemas... Muy poca gente habla de calidad humana, calidad de vida... y sin ella, todo lo demás es apariencia, sin fundamento.

Hablar de calidad humana es cuidar nuestros vínculos con los demás. Necesitamos rehacer nuestros vínculos humanos.

De nada sirve trabajar de sol a sol en un lugar donde no tenemos amigos y llegar cansados a un hogar en el que nadie se interesa en saber cómo nos fue. ¿Para qué trabajar tanto si nos sentimos solos?.

Es triste leer un libro y no tener a alguien con quien comentarlo, es doloroso sentirse preocupado y no contar con una persona a quien abrirle el corazón.

De nada vale estar al frente de una cancha de tenis, de fútbol o frente a un juego de salón si no tenemos con quien jugar, con quien disfrutar ese momento.

¿Para qué tener lo que no se puede compartir?. Ni las cosas ni el dinero poseen valor intrínseco. El valor de lo material esta en su aplicación, en el servicio a alguien más o la convivencia con alguien más.

La belleza de tener está en compartir. La magia de luchar por una prosperidad económica, estriba, ni más ni menos, en poder ver sonreír a alguien a quien le damos el privilegio de disfrutar lo que ganamos.
Eso es parte de la naturaleza humana: dar, convivir, amar, servir...
ayudar. ¡HAZLO!.

En muchas ocasiones estamos asustados, asustados de lo que tal vez no podemos hacer; asustados de lo que pensaría la gente si tratamos.

Permitimos que nuestros miedos se interpongan en nuestros sueños.
Decimos no, cuando queremos decir si.
Murmuramos cuando queremos gritar, después... después gritamos y a quien no teníamos que hacerlo: ¿por qué?.

Después de todo cruzamos por esta vida una sola vez, no hay tiempo para tener miedo. Así que intenta... intenta aquello que no has hecho, arriésgate, participa en el maratón, escribe aquella carta, enfréntate como ganador a las cosas cotidianas.

Habla en contra de lo que no te gusta, visita pueblos que no conozcas, llámale y dile cuánto le amas, pero sin fingir.
El no regresa.
No tienes nada que perder y todo... ¡Todo que ganar!.

Que esto sea una realidad en tu vida...

LA OFRENDA


LA OFRENDA

Para probar que aun más que a mí misma la amo,
A la mujer que quiero le ofreceré mis ojos. Le diré en tono tierno, jubiloso y humilde:
-He aquí, amada mía, la ofrenda de mis ojos. Te entregaré mis ojos que tantas cosas vieron.
Tantísimos crepúsculos, tanto mar, tantas rosas. Estos ojos -los míos- se posaron antaño
En el altar terrible de la remota Eleusis, En la belleza sacra y pagana de Sevilla,
En la Arabia indolente y en sus mil caravanas. Vi Granada, cautiva vana de sus grandezas
Muertas entre cantares y perfumes muy densos. La pálida Venecia, Dogaresa muriente,
Y Florencia que fuera la maestra de Dante. La Hélade y sus ecos de un llanto de siringa
Y Egipto acurrucado frente a la gran Esfinge. Junto a las olas sordas que sosiega la noche
Vi tupidos vergeles, orgullo en Mitilene. He visto islas de oro en templos perfumados,
Y ese Yeddo y sus frágiles voces de japonesas. Al azar de los climas, las corrientes, las zonas
Incluso vi la China y sus rostros amarillos. He visto islas de oro donde el aire se endulza
Y sagrados estanques en los templos hindúes, Templos donde perduran inútiles saberes...
¡Te regalo, mi Amada, todo lo que he mirado! Y regreso trayéndote cielos grises y alegres,
A ti que te amo tanto, la ofrenda de mis ojos.

DESNUDEZ


<span style="font-weight:bold;">DESNUDEZ
Te arrojaba la sombra efluvios de agonía.
El silencio se hizo turbador y anhelante.
Escuché un susurrar de pétalos rosados.
Lirio entre lirios, blanco, se me mostró tu cuerpo. Sentí de pronto indignos los toscos labios míos.
Mi alma cumplió un sueño conmovido: posar
en tu encanto, que sabe retener tanta luz,
el tembloroso hálito de algún místico beso. Desdeñando los mundos que el deseo encadena,
gélida mantuviste tu sonrisa inmortal:
Sobrehumana y extraña resiste la Belleza
y exige la distancia radiante del altar. En torno a ti, esparcidos, sollozaban los nardos
y tus senos se erguían, intactos y orgullosos.
Quemaba en mi mirada el doloroso éxtasis
que oprime en los umbrales de la divinidad.

lunes, 18 de mayo de 2009

LOS ARBOLES


En el azur de abril, en el gris del otoño,
Los árboles poseen una gracia inquietante.
El álamo en el viento se retuerce y se pliega
Cual cuerpos de mujer trémulos de deseo.

Su gracia es un desmayo de carne abandonada
Y murmura su fronda, al soñar se estremece,
Se inclina, enamorada de las rosas del Este.
Lleva el olmo en su frente una corona pálida.

Revestido de claro de luna plateado,
El abedul deshila su cambiante marfil
Y plasma palideces en las sombras inciertas.

El tilo huele a ásperas y oscuras cabelleras.
Y desde las acacias de lejana verdura
Divinamente cae la nieve del perfume.

los and delirious

EL AMOR DE UNA BELLA MUJER